viernes, 21 de mayo de 2010

II UNIDAD

EL OBJETO DE LA CRIMINOLOGÍA

A.- DEFINICIÓN CRIMINOLÓGICA DEL DELITO

El objeto de estudio de la Criminología es el delito y el delito presenta dos aspectos claramente identificables: Concepto Penal o Normativo y el Criminológico o Real.
Al primero, pertenecen los valores y el deber ser y, al segundo, todo lo físico y psíquico.

El objeto de la Criminología se circunscribe al aspecto real o criminológico.
Desde el nacimiento de la Criminología se ha polemizado sobre cual es el concepto del delito del que esta ciencia debe partir: si del mismo que ofrece el ordenamiento jurídico-penal o si puede darse un concepto distinto, propio de la Criminología.
Garófalo se propone encontrar un “delito natural” hasta los ensayos de los criminólogos norteamericanos que tratan de hallar un concepto sociológico.
El criminólogo estudia la descripción del hecho criminal (fenomenología criminal), los factores que lo producen (Etiología Criminal), la personalidad de su autor (el delincuente) y la víctima del delito, tanto en su personalidad como en su posible condición de factor o estímulo del hecho criminal.

2.- CONCEPTO PENAL Y CONCEPTO CRIMINOLÓGICO DE DELITO

La Criminología se ocupa del delito, pero, el delito, interesa, también, a otras ciencias, disciplinas y ramas del saber: la Filosofía, la Sociología, el Derecho Penal, etc. , por lo que procede delimitar el concepto de delito que utiliza la Criminología, por dos razones: porque no existe un concepto único de delito y porque la autonomía científica de la Criminología debe permitir a ésta la determinación de su propio objeto, sin someterse a las definiciones de delito que procedan de otros ámbitos o instancias.
Existen, en efecto, numerosas nociones de “delito”. El Derecho Penal, por ejemplo, se sirve de un concepto formal y normativo, impuesto por exigencias ineludibles de legalidad y seguridad jurídica: delito es toda conducta prevista en la ley penal y solo aquella que la ley castiga.
La Filosofía y la Ética acuden a otras pautas e instancias más allá del Derecho Positivo: el orden moral, el natural, la razón, etc.
Pero ninguno de estos conceptos de delito puede ser asumido completamente por la Criminología.

El concepto penal constituye su obligado punto de partida pero nada más, porque el formalismo y el normativismo jurídico resultan incompatibles con las exigencias metodológicas de una disciplina empírica como la criminología.

La Criminología Clásica, dócil y sumisa a las definiciones jurídico formales de delito, hizo del concepto de delito una cuestión metodológica prioritaria.
No así la moderna Criminología, consciente de la problematización de aquél, que se interesa sobre todo por temas de mayor trascendencia, por ejemplo, las funciones que desempeña el delito como indicador de la efectividad del control social, su volumen, estructura y movimiento, el reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales, etc.
Hasta tal punto ha pedido interés el debate academicista sobre el concepto criminológico de delito que un sector doctrinal sugiere utilizar el que más corresponda a las características y necesidades de la concreta investigación criminológica.
Para la Criminología el delito se presenta, ante todo, como “problema social y comunitario”, caracterización que exige del investigador una determinada actitud para aproximarse al mismo.

El delito es un problema de la comunidad, nace en la comunidad y en ella debe encontrar fórmulas de solución positivas.
El crimen no es un tumor o una epidemia social, ni un cuerpo extraño ajeno a la comunidad, ni una anónima magnitud estadística referida al irreal delincuente medio, sino que, un doloroso problema humano y comunitario.

3.- LA TEORÍA DEL DELITO NATURAL

Garófalo se propone encontrar un "delito natural".
El concepto de delito natural es un concepto valorativo que sustituye a las valoraciones legales por valoraciones socioculturales. La inexistencia de criterios generalizadores válidos y la imposibilidad de elaborar un catálogo cerrado, exhaustivo, de "delitos naturales" demuestran que esta categoría carece de operatividad; que no aporta un marco conceptual sólido y definido al quehacer criminológico.
La Teoría del Delito Natural apunta a una serie de conductas nocivas, para cualquier sociedad y en cualquier momento, con independencia incluso de las propias valoraciones legales cambiantes. Su definición, sin embargo, decepciona, ya que difícilmente puede elaborarse un catálogo absoluto y universal de crímenes.

4.- PROBLEMATIZACIÓN Y RELATIVIZACIÓN DEL CONCEPTO CRIMINOLÓGICO DE DELITO

Para la Criminología el delito se presenta, ante todo, como "problema social y comunitario", caracterización que exige del investigador una determinada actitud para aproximarse al mismo.

Los problemas sociales reclaman una particular actitud en el investigador, que la Escuela de Chicago denominó empatía, interés, aprecio, fascinación por un profundo y doloroso drama humano y comunitario.

Contraria a la empatía es la actitud indiferente, tecnocrática, de quienes abordan el fenómeno criminal como cualquier otro problema, olvidando su trasfondo aflictivo, su amarga realidad como conflicto interpersonal y comunitario.

B.- CONCEPTO DE DELITO UTILIZADO EN OTRAS CIENCIAS, SU INTERRELACIÓN

Derecho Penal y Criminología

El Derecho Penal es el origen de muchas ciencias y entiende que la Criminología estudia el delito como parte de la problemática interna de la sociedad y no tiende a lo normativo.

La criminología es una ciencia empírica, interdisciplinaria, que estudia el delito no desde la norma, sino, como fenómeno colectivo, atendiendo además a la personalidad del delincuente. Además, estudia la aplicación práctica y eficaz de la pena.

El delito es el objeto central de ambos, pero, lo estudian desde prismas diferentes.

La Criminología lo hace desde el punto de vista del delincuente, y el Derecho Penal para aplicar la norma. Ambas ciencias son complementarias. Las dos parten del hecho de que en la sociedad existe la delincuencia o conductas desviadas.

El Derecho Penal nace para proteger a la sociedad con normas imperativas a las que añade una consecuencia jurídica (la pena) con expectativas de prevención general y especial.

Derecho Procesal Penal y Criminología

El Derecho Procesal Penal, es también una forma de luchar contra la criminalidad, y la mejor manera de hacerlo es huyendo del excesivo jurisdiccionalismo incidiendo, en cambio, en el carácter preventivo.

A la Criminología le interesan los elementos fundamentales del Derecho Procesal Penal.

En éste se analiza el delito, es decir, el acto criminal, pero, para, luego determinar la responsabilidad penal y, finalmente imponer una sanción.

Derecho Penitenciario y Criminología

El Derecho Penitenciario es el conjunto de normas jurídicas que regulan la ejecución de las penas y medidas de seguridad. Es decir, actúa con posterioridad al delito y a su sanción.

Criminalística y Criminología

La Criminalística está constituida por una serie de conocimientos orientados a la indagación técnica del delito y a la identificación del delincuente.

Biología Criminal y Criminología

Se centra en la vertiente hereditaria de la delincuencia pues los factores genéticos empujan al delincuente a cometer actos antisociales. Además, existen peculiaridades biológicas (anatómicas, bioquímicas) en la persona del delincuente.

La Criminología, como ciencia multidisciplinaria, incorpora la Biología Criminal, que le indica el influjo de la herencia en el comportamiento desviado.

Psicología Criminal y Criminología

La Psicología Criminal estudia la inteligencia, el carácter y las aptitudes sociales y morales del delincuente, todo ello desde el punto de vista objetivo de la Psicología Experimental (tests).

Con el Psicoanálisis se estudia la vida profunda del delincuente: relación entre Motivos Inconscientes e inmediatas.

Actualmente la Psicología Criminal se ha extendido a la delincuencia de masas.

Sociología Criminal y Criminología

Ferri, en los comienzos de la Criminología, hizo prevalecer su punto de vista sociológico, en el que señaló el gran número de factores exógenos al delincuente que generan la conducta antisocial y que son en ocasiones prevalentes a la propia psicología del delincuente.

La Sociología Criminal es la única ciencia de la que la Criminología no puede prescindir.

C.- LA IMAGEN DEL DELINCUENTE

Tradicionalmente se ha considerado la delincuencia como fenómeno individual, pero en la actualidad se hace imprescindible aplicarle un enfoque social.

La extensión de la delincuencia hay que estudiarla en un periodo de tiempo determinado en una sociedad concreta.

Se analiza la intensidad, es decir, la calidad de la delincuencia desde el punto de vista criminológico. Es útil sobre todo a efectos de política criminal. Se distingue entre débil, media, elevada, menos grave, grave y muy grave.

La frecuencia, por su parte, es un índice de criminalidad en relación con la variación que sufre durante periodos de tiempo.

La frecuencia debe referirse sobre todo a largos periodos de tiempo. Ferri ya lo hizo en su día, concluyendo que el incremento de población conllevaba un incremento de la criminalidad general.

Los factores geográficos, son otros antecedentes que debe abordar la imagen del delincuente:

Desde el medio físico, en referencia a la frecuencia de determinados delitos.

La vida rural contra la vida urbana, pues la delincuencia urbana es cuantitativamente mayor, y cualitativamente distinta.

Los factores económicos, pues, unos dicen que el desarrollo disminuye la delincuencia, pero otros, sostienen que es al contrario al aumentar los conflictos y complejizarse las relaciones de interés.

Por último, influyen en la imagen del delincuente, los factores culturales. El grado de formación no hace disminuir la delincuencia, pero sí la hace menos brutal o primitiva. Produce especialidades delictivas (delitos informáticos).

Clases básicas de delincuencia

Convencional: en cualquier tipo de sociedad y son las que infringen las normas jurídicas oficiales de los distintos Estados contra la propiedad, contra las personas, contra la salud pública, contra la integridad física, contra la libertad general, contra la libertad sexual.

Características:

Modus operandi: Violencia.

Mejora de los medios de comisión.

Incremento de crímenes violentos.

Los grupos ultras son característicos de nuestras sociedades, de actividades revolucionarias ligadas a una ideología política normalmente.

También son características las dudosas maniobras económicas de grandes empresas, fundamentalmente, la de cuello blanco.

No convencional: aquella que lesiona bienes jurídicos tan importantes o más que los anteriores, pero no sancionados jurídicamente o bien sancionados desde hace poco tiempo. Ejemplo: genocidio.

Características:

Se altera el orden jurídico – penal de los valores. Ej.: el Estado es el delincuente, el agresor, no el protector.

Mantenimiento del poder a toda costa (movimientos militares) con la creación ficticia de muchos delitos comunes.

Figuras delictivas habituales de las sociedades post – industrializadas.

Aparecen por contradicción: se predica el estado de bienestar pero hay grandes bolsas de pobreza; se predica el pluralismo e igualdad pero hay más marginación.

Delincuencia organizada, incluso institucionalizada; Tráfico de estupefacientes, de divisas, comercio humano, fraudes de subvenciones, tráfico de armas, blanqueo de dinero.

Corrupción de funcionarios y tráfico de influencias.

Abuso de información privilegiada.

Manipulación empresarial, revelación de información.

Delitos informáticos.

Delitos ecológicos.

Fraudes con productos sanitarios.

Piratería audiovisual.

Estafas masa.

Abusos de crédito (fraudes en operaciones financieras).

Delitos fiscales.

Delitos contra la seguridad social.

Terrorismo.

D.- FACTORES PREDISPONENTES Y DETERMINANTES DEL DELINCUENTE

Nadie debiera arrogarse la verdad teórica en materia de criminalidad: el delito es un fenómeno complejo, variante y policausal. Las variables asociadas con la evolución de la actividad criminal pueden agruparse en factores, según su naturaleza y modo de operar sobre el nivel del delito, como se expone a continuación:

1.- Factor socioeconómico: los incentivos. La literatura ha comprobado que los ciclos económicos, el desempleo en grupos vulnerables (hombres jóvenes de nivel socioeconómico bajo y, fundamentalmente, la desigualdad social son variables fuertemente asociadas a aumentos o disminuciones en el nivel agregado de delito.

Estas variables obran como incentivos o desincentivos de la actividad criminal. Contrariamente a la creencia difusa, la pobreza no constituye una causa directa de la delincuencia.

2.- Factor demográfico y socio cultural: dentro de este factor se ubican variables que operan como incentivos, grado de urbanización y cantidad de hombres jóvenes. Y variables que obran como barreras de ingreso a la actividad criminal: familia, escuela y comunidad.

En efecto, dado que el crimen es un fenómeno típicamente urbano, incrementos bruscos de urbanización y migraciones internas se encuentran fuertemente asociados con incrementos en las tasas de delitos.

Las situaciones de exclusión social debidas a la cesantía o a la marginalización prolongada, al abandono escolar o al analfabetismo y a las modificaciones estructurales de la familia, parecen ser factores que se encuentran frecuentemente entre las causas sociales de la delincuencia.

Distintos estudios sobre el perfil del victimario han llegado a la misma conclusión: el delito es una actividad que involucra mayoritariamente a hombres jóvenes, quienes constituyen el principal grupo de riesgo o vulnerable. Es por ello que incrementos en la proporción de hombres jóvenes sobre el total de la población coinciden con periodos en donde se observa un incremento en la tasa de delitos.

3.- Factor institucional: los riesgos y los costos. El Estado interviene sobre la sociedad (sistema de seguridad) en orden a proteger la vida, libertad y propiedad de su población y garantizar el orden público. Al intervenir, desde la perspectiva de la economía del crimen, está imponiendo riesgos y costos al accionar criminal. En efecto, un individuo incentivado a cometer delitos (factor socioeconómico y demográfico), y sobre el que existan frágiles barreras de ingreso a la actividad criminal (factor socio-cultural) para operar deberá sortear los riesgos (policía) y costos (justicia y cárcel) que impone el Estado al proteger los derechos de los ciudadanos.

Es evidente la responsabilidad institucional dada la inadecuación del sistema de justicia penal (policía, justicia y cárceles) a la delincuencia urbana y a su crecimiento.

4.- Factores que se refieren al entorno urbano y físico: entre las causas ligadas al entorno, señalamos la urbanización incontrolada, la carencia de servicios urbanos, la ausencia del concepto de seguridad en las políticas urbanas, el surgimiento masivo de espacios semi-públicos (mall, estaciones, etc.), la promiscuidad y la ilegalidad de barrios trasformados en zonas bajo el control de pequeñas mafias locales.

El crecimiento de la delincuencia urbana en muchas de las grandes ciudades del mundo durante los últimos 20 años ha llegado a constituir un problema serio. En los países del Norte, en los centros urbanos de más de 100.000 habitantes la criminalidad, en particular la pequeña delincuencia, ha crecido en entre el 3 y el 5% anual durante los años 70 a 90. A partir de los años 90, debido a políticas de prevención y de refuerzo de aplicación de la ley, la tasa de criminalidad urbana ha empezado a estabilizarse con excepción de la criminalidad de los jóvenes (12-25 años) y en particular la de los menores (12-18 años). Esta criminalidad se ha vuelto siempre más violenta y la edad de ingreso en la actividad delictual ha disminuido de 15 a 12 años.

En los países del sur, a partir de los años 80, la criminalidad común ha crecido y tiende a aumentar hoy en día, mientras, la violencia de los jóvenes crece de manera exponencial. Fenómenos como los niños de la calle, el abandono escolar y el analfabetismo, la exclusión social masiva, el impacto de las guerras civiles y el comercio ilegal de armas ligeras han acentuado este proceso.

Este aumento de la criminalidad se desarrolla en un contexto caracterizado por una parte por el crecimiento del tráfico y del abuso de drogas. Por otra parte coexiste con la globalización de la criminalidad organizada que contribuye a inestabilizar regímenes políticos, a incrementar los efectos de crisis económicas, como en Asia o en México en la década de los 90, y que incorpora algunos jóvenes delincuentes como mano de obra poco costosa.

E.- CARACTERÍSTICAS DE LA VÍCTIMA

La víctima sólo tuvo protagonismo cuando la venganza privada se aceptaba. Posteriormente se olvidó durante siglos. Hasta hoy.

Algunos autores piden que la víctima cobre más protagonismo en el proceso.

Una legislación futura debe estar más orientada a la víctima, y no ser considerada sólo como sujeto pasivo del delito, sino como agente provocador, interactivo.

Hasta ahora se tendía a la víctima como objeto de compensaciones. Ahora habría que considerar su papel como colaborador en la aparición del delito.

Para el Derecho Penal, la víctima es el sujeto pasivo del delito.

Criminológicamente, es un concepto parcial y también tiene un papel activo.

La Víctima es la persona lesionada en un bien jurídico protegido.

El Congreso de la O. N. U. sobre prevención del delito y tratamiento del delincuente (Milán, 1985), circunscribe el ámbito de la víctima a las condiciones legalmente penadas.

Sin embargo, desde el punto de vista criminológico existen daños no tipificados que pueden causar más daño que los tipificados.

Tipología de la víctima

El origen de la víctima puede ser múltiple y se señala la siguiente tipología (Landrove):

Víctimas no participantes: desconectadas previamente del victimario, son elegidas al azar. Ej.: tirón callejero o atentados en lugares públicos.

Víctimas participantes: la incitación de la víctima opera y desencadena, ya sea voluntaria o involuntariamente. Ej.; dejar a la vista cosas de valor.

Víctimas ocasionadas por relaciones próximas: familiares (malos tratos), sentimentales (asesinato por celos), laborales (explotación).

Víctimas sin conciencia de víctima: como, por ejemplo, en los delitos socio – económicos (estafas masivas de medicamentos, fraudes de seguros, especulación en bolsa). Afectan a la mayoría de la población, pero ésta actúa como si no fuera con ella.

Víctimas especialmente vulnerables o víctimas natas: las con gran probabilidad de convertirse en víctima en función de circunstancias de diversa naturaleza. Se distingue entre factores personales (edad, estado físico o psíquico, sexo, orientación sexual) y factores sociales (posición económica, ubicación de la vivienda, contacto con grupos marginales).

E.- VICTIMOLOGÍA Y VICTIMIZACIÓN

La victimología se ha definido en el simposio, en Jerusalén 1973. En este simposio se definió a la victimología como el estudio científico de la víctima.

Gulotta, 1976, entiende que la victimología es la disciplina que tiene por objeto el estudio de la víctima de un delito, de su personalidad, sus características biológicas, psicológicas, morales, sociales y culturales, sus relaciones con el delincuente y e papel que ha desempeñado en la génesis del delito.

La víctima siempre ha sido la gran olvidada, la Criminología siempre se ha centrado en estudiar al delincuente, la etología del crimen, la profilaxis del mismo, pero en ningún aso a la víctima hasta 1973. Incluso el Derecho Penal, todo el proceso penal gira alrededor del delincuente, pero la víctima aparece desprotegida cuando ésta necesita resocialización y reinserción.

A partir de la II Guerra Mundial, se produce la autoafirmación de la victimología. Esa desconsideración hacia la víctima tiene su razón de ser. La víctima había sido neutralizada ya que en momentos históricos la justicia punitiva se realizaba por la víctima, esta situación se ve superada a partir del siglo XVIII, cuando aparece el “Ius Puniendi” (derecho de castigar) por parte del estado. Esto supuso el enjuiciamiento de los delitos desde el punto de vista de la colectividad, es cuando la víctima cae en el olvido.

El delincuente despierta sentimientos de curiosidad, “ninguna víctima ha pasado a la historia”.

Los orígenes de este movimiento se deben a dos autores, Von Henting (alemán) y Mendelsohn (Israelita).

El mérito de Von Henting, es haber explicado de una manera clara la relación existente entre la víctima y el agresor, habla de “pareja criminal”. Es a partir de este concepto que se baraja la idea de que el hecho criminal no es más que una interacción entre el agresor y la víctima, hizo clasificaciones de las víctimas, también hizo un estudio psicológico de éstas.

Mendelsohn hizo también una clasificación y acuñó el término Criminología, divide a las víctimas en 5 grupos.

Víctimas totalmente inocentes: son aquellas víctimas que no han hecho nada para desencadenar la acción criminal, son totalmente ajenas a la actividad del delincuente.

Víctima provocadora: es la que con su conducta incita al hecho criminal.

Víctima por ignorancia: es aquella que da facilidades para su propia victimización sin saberlo.

Víctima voluntaria: pone de manifiesto una colaboración con el delincuente (eutanasia).



Víctima agresora: hay de dos tipos:

Simuladora, es aquella que acusa falsamente.

Imaginaria, inventa su propia condición de víctima cuando no se ha producido ninguna infracción.

Ahora bien, el interés por la victimología viene dado por tres factores:

1.- Se perfeccionan y proliferan las encuestas de victimización (encuestas que se realizan entre la población general). En el año 70 hay una proliferación de estas encuestas, permiten obtener datos reales sobre la población victimizada. Así disminuye la cifra negra de los delitos.

2.- Las feministas llaman la atención sobre la violencia que se dirigía hacia la mujer.

3.- Se debe a las aportaciones de la psicología social, que elaborará un conjunto de teorías que serán utilizadas para explicar determinados comportamientos y resultados victimológicos.

La victimología se preocupará por las indemnizaciones a las víctimas, elaborar y ejecutar programas de ayuda a las víctimas, realizará estudios para dar una mayor comprensión del fenómeno criminal, centrándose en la predisposición victimaria de determinadas personas, con el fin de elaborar programas de prevención.

Se habla de victimización primaria, secundaria y terciaria.

Victimización primaria

Es una experiencia individual, directa de la víctima en el delito. Esta experiencia supondrá diversas consecuencias en la víctima, de índole física, psíquica, económica, social, etc.

Tras la comisión del delito, los daños que pueda sufrir la víctima, no sólo pueden ser daños físicos, sino que también un severo impacto psicológico.

Tras una agresión, la víctima se siente impotente con miedo a que la agresión se repita (ansiedad, angustia o abatimiento), e incluso sentimientos de culpabilidad con relación a los hechos.

La respuesta de la sociedad no siempre es solidaria, en el mejor de los casos compasión.

Victimización secundaria

No es la relación víctima agresor, sino que, la relación de la víctima con el sistema jurídico penal.

Eso supone una segunda experiencia, puede ser más cruel que la victimización primaria, porque el contacto de la víctima con la administración de justicia, despierta sentimientos de índole variada (perder el tiempo, malgastar el dinero, ser incomprendida, no se le escucha, etc.)

En muchas ocasiones las víctimas tienen el sentimiento de convertirse en acusada (delitos de violación).

La victimización secundaria es más perniciosa que la primaria, es el propio sistema el que victimiza a quien solicita ayuda, justicia, protección.

Todo esto ha dado pie a diversos programas:

1.- Programas de asistencia inmediata: están dirigidos a paliar las consecuencias primarias del delito, los destinatarios son colectivos específicos (ancianos, niños, mujeres violadas). Suelen correr a cargo de la administración.

2.- Programas de reparación o restitución a cargo del propio infractor: es el infractor quien mediante el pago de una cantidad o la realización de una determinada actividad tratará de corresponder reparando el daño que ha causado. Este programa se introdujo en Gran Bretaña y en EE.UU., en el Código Penal español de 1995, se introduce este programa pero de forma difusa.

3.- Programas de compensación a la víctima: interviene la administración pública. Está basada en la idea de solidaridad social hacia la víctima inocente. Hay una necesidad de que el estado asuma unos costos, que tiene su origen en el fracaso del estado en la prevención del delito.

4.- Programas de asistencia a la víctima testigo: dirigidos a la víctima que ha de actuar como testigo en el proceso penal, se informa y asesora a la víctima testigo y al mismo tiempo se la protege de la coacción y del posible impacto negativo de los agentes del control social formal.





Victimización terciaria

Es una victimización del delincuente. En ocasiones el delincuente puede convertirse en una víctima institucional, en determinadas situaciones se le puede considerar víctima de unas estructuras injustas, circunstancias que le llevarán a la comisión del delito.

Esta marginación social es debida al interés de determinados grupos dominantes, con ello quieren seguir con esa posición de privilegio. Es con estos delincuentes con los que el Estado utilizará toda su fuerza.

Al hablar de victimización terciaria, se puede pensar que se produce una primera victimización debido a esas estructuras injustas, pero una vez que se entra en la prisión se produce la victimización penitenciaria, se produce fundamentalmente por el hacinamiento, sobrepoblación de los centros penitenciarios.

Al claro factor criminógeno de la cárcel, habría que añadir que también es un claro factor victimógeno. Al condenar a un individuo se le condena no sólo a la privación de libertad, sino que también se le condena a su propia victimización.

La victimización carcelaria, destaca por su crueldad, tratos vejatorios, dificultad laboral, la consecuencia es la ociosidad; el recluso tiene demasiado tiempo dedicado a la inactividad. Pero también hay agresiones sexuales, ley del terror y ley del silencio, existencia de mafias carcelarias, circulación de drogas.

Ante esta situación, no es de extrañar que el recluso recurra al suicidio o supuestos de anorexia. Hay una pérdida de interés, de iniciativa, de cualquier valor. No es de extrañar que los individuos estén dispuestos a matar, llegados a esta situación existe una responsabilidad de la administración.

F.- INSTANCIAS FORMALES E INFORMALES DEL CONTROL SOCIAL

El Control Social es el conjunto de instituciones, estrategias y sanciones sociales, que pretenden promover y garantizar el sometimiento del individuo a los modelos y normas comunitarias.

El uso originario del término Control Social se remonta a la segunda mitad del Siglo XIX en los EE. UU., encontrándose indisolublemente asociado a la impostergable necesidad de integrar en un mismo marco social las grandes masas de inmigrantes que como fuerza de trabajo acudieron a la convocatoria migratoria generada por el proceso de industrialización de la naciente potencia norteamericana.

La perentoria demanda organizativa de este cúmulo poblacional migratorio, caracterizado por su variada cosmovisión cultural, religiosa, etc., demandó la necesidad de localizar vías sociológicas de integración que superaran estas diferencias culturales y que a partir del desarrollo de normas comportamentales, garantizaran una convivencia social organizada.

A raíz de ello aparece el fenómeno del Control Social.

La paternidad científica de la expresión Control Social pertenece al sociólogo norteamericano EDWARD ROSS, quién la utilizó por primera vez como categoría enfocada a los problemas del orden y la organización de la sociedad, en la búsqueda de una estabilidad social integrativa resultante de la aceptación de valores únicos y uniformadores de un conglomerado humano disímil en sus raíces étnicas y culturales.

El sentido otorgado por ROSS a este nuevo concepto excluía, de cierto modo, los controles estatales, tanto legales como políticos, los que en la práctica demostraron su inoperancia para construir la necesaria armonía social. Desde esta perspectiva, la esencia controladora sería asumida por la sociedad a través de la interacción social persuasiva, de la cual se derivaba el modelamiento de la conciencia individual a las necesidades de su entorno, produciéndose entonces un proceso de asimilación e internalización individual de las normas culturales. El enfoque de este autor, radicó en una identificación única de las "necesidades culturales", concepción excluyente basada en la conocida cultura del W. A. S. P. (white-anglosaxon-protestant), constitutiva a su vez de los principios del "American way of life".

El control social es importante ya que en toda sociedad hay una lucha entre el individuo y la sociedad. La sociedad necesita ejercer su dominio sobre el individuo y despliega una gama de mecanismos que aseguren la conformidad del individuo a las normas sociales.

Hay dos tipos de control social:

Uno, de ellos informal que está constituido por la familia, escuela, trabajo, amigos, etc.

Y, a su vez, un control social formal constituido por policía, la justicia, por la administración penitenciaria.

El control social informal pretende, a través de sus agentes, condicionar la conducta del individuo a las normas sociales, pretende que el individuo interiorice unas pautas de comportamiento que son aprendidas y transmitidas de generación en generación, es cuando un individuo no aprende estas normas cuando entra el control social formal a través de la coacción.

El control social informal:

La familia: desde un punto de vista cultural, la familia constituye un grupo mínimo fuertemente organizado y está constituido por los cónyuges y los descendientes.

Se dan aquí dos tipos de relación, una relación entre cónyuges y una relación paternofilial, en la cual la figura del padre simboliza la autoridad y la dominación. Esta dominación y superioridad, se traslada al domino de las actividades económicas, junto con la relación conyugal, está la relación de los padres con los hijos, la madre es el elemento fundamental de las relaciones afectivas, el padre define el status familiar dentro de la sociedad, la madre como centro educativo y disciplinario. Para que este núcleo funcione uno de los dos miembros tiene que dedicarse a la organización.

El hombre desempeña una gran función, de esta manera atrae a la mujer y se reafirma su valor personal y su confianza en sí mismo.

La madre es el modelo de disciplina, quiere que sus hijos se conviertan en ciudadanos tolerantes que se adapten al mundo adulto. La madre tiene un gran problema, la niña, aprende directamente sus ocupaciones futuras, pero el niño no encuentra en el padre el modelo, el niño se da cuenta de la valoración interior de la mujer, descubre que se le está criando como mujer, eso explica que ante el hecho de que el niño observe los patrones de conducta de la mujer reaccione de manera violenta contra la disciplina de la madre. El padre ha perdido la capacidad de figura a imitar, aparecen otras instancias paralelas a la del padre (colegio, barrio, t.v., amigos...). El padre llega a ser una figura abstracta de autoridad que para mantener su status se ha de convertir en un “superpadre”, eso conlleva que el hijo acepte fácilmente toda forma de autoridad mientras sea presentada con fuerza.

La madre pasa de ser un ente amoroso, a planificar la educación de los hijos, racionaliza sus actitudes y el cariño que ha de dar a los hijos.

No es de extrañar que en el siglo XX el papel principal de la familia se centre en la función ideológica, en la transmisión de modelos de autoridad. La familia en el siglo XX ha formado para la sociedad una serie de individuos que desde la infancia están sometidos a la autoridad familiar, que en la época adulta valorarán la autoridad, la rigidez. Su visión de la sociedad se regirá con la convencionalidad, se valorará todo lo masculino, el poder y el poder de la propiedad.

Se produce la intolerancia hacia todos aquellos que no son igualmente fuertes y poderosos, se rechaza todo lo que es diferente, la mujer, las emociones, la pobreza, s rechaza la falta de conocimientos. De esta manera la fuerza del padre se realza.

La Escuela: es la segunda instancia de control social informal y reproduce la misma función autoritaria.

El maestro exige una serie de actitudes que han de ser aceptadas sin que el alumno pueda emitir ningún juicio de desaprobación y, si lo hace, será rebelde y esto es peligroso para los demás.

Plano laboral: sigue estando marcado por la autoridad, trascendencia que supone para el trabajador su empleo (salario, posibles ascensos).

Se juntan dos puntos, que el trabajador se sienta útil y la posibilidad de recibir un salario. En el mundo laboral se dan criterios de autoridad, los intereses de las instancias productoras y los intereses del estado van paralelos. Cualquier exigencia laboral, pasa a ser un ataque al orden social, será en realidad una acción criminal.

Las mayores garantías de éxito, no pasan por un endurecimiento del control social formal, pasan sobretodo mediante una adecuada conjunción de las dos instancias del control social, no ha de haber una supremacía de una sobre la otra.



FUENTE: http://correalex.blogdiario.com/1141496460/
Jorge D. Correa Selamé
Abogado, Mg
Profesor de Derecho Procesal

jueves, 20 de mayo de 2010

TEORÍAS SOCIOLÓGICAS (CONTINUA)

III.
1. TEORÍAS DEL PROCESO SOCIAL
Se difunden en los años 60 y 70. Destacan sobre todo porque critican abiertamente las teorías estructuralistas al desmitificar el hecho de que la criminalidad deba concentrarse en los miembros de las capas más bajas, ellos opinan que también hay criminales en las capas superiores y consideran que toda persona tiene el potencial necesario para convertirse en delincuente.
Profundizarán en los delitos económicos, entrando estos delitos en las legislaciones penales tipificando un mayor número de delitos de contenido socioeconómico.
Hay tres orientaciones:
Teorías del aprendizaje social.
Teorías del control social.
Teorías del etiquetamiento o de reacción social.
TEORÍA EL APRENDIZAJE SOCIAL
Se subdivide en cuatro formulaciones que tienen en común la idea de que la conducta criminal se aprende y por consiguiente no debe buscarse justificación en razones de tipo biológico, ni en rasgos inconscientes ni en el desarrollo cognitivo de patrones o modelos de comportamiento durante la infancia del sujeto.
Para estos autores el crimen es una respuesta a situaciones reales que el sujeto aprende. El crimen no es anormal ni es signo de una personalidad inmadura.
SUTHERLAND nos ofrece la primera teoría, asociación diferencial. Interpretó orientaciones multifactoriales y complementó con elementos psicológicos. Destacó por su análisis de la criminalidad de cuello blanco y por los niveles de inteligencia.
El origen de esta teoría debemos buscarlo en los trabajos realizados por TARDE (concepto de imitación), los trabajos sobre la memoria humana y los de PAULOV y EBBINGHAUS.
No se interesan por el aprendizaje del saber sino del comportamiento humano con un corte psicológico. El autor dice que “las personas se hacen, en principio crimianles porque están relativamente aisladas de la cultura de grupos respetuosos de la Ley o bien, por causa de resistencia, ocupación,... o sino, por encontrarse en contacto con una subcultura criminal, porque han carecido de las experiencias, sentimientos, opciones y concepciones en base a las cuales ha de construirse un orden de la vida que la opinión pública considera deseable”. Los contactos se llevan a cabo en grupos sociales y precisamente en forma de procesos de aprendizaje, es decir, se van a trasmitir los modelos de conducta y la orientación en los valores y las formas de reacción. Para Sutherland, el crimen no se hereda, ni se imita, ni inventa, sólo se aprende.
Resumió su teoría en seis proposiciones:
La conducta criminal es aprendida.
Se aprende en un proceso de comunicación en la interacción con otras personas.
El aprendizaje se realiza en el marco de las relaciones más personales e íntimas.
El aprendizaje de la conducta criminal comprende tanto las tácticas como las técnicas.
Una persona será delincuente cuando aprende más modelos que favorezcan la infracción.
El proceso de aprendizaje de la conducta criminal y no criminal es el mismo.
Sutherland analizó el gansterismo de EE.UU. de los años 20-30 porque esta organización se presenta rígida y existía en ella un sistema de valores propios. Según él, estas organizaciones favorecían junto a los industriales la expansión económica. Se aliaban para luchar contra el enemigo común, trabajadores en huelga, los negros los emigrantes, los sindicatos... Esa relación alianza permite a este autor descubrir el porqué se producen ciertos códigos de valores.
Una variante de esta teoría del aprendizaje sería la teoría de la identificación diferencial cuyo máximo exponente es GLASER. La criminalidad ya no tiene que producirse por la interacción directa, sino que se puede indicar la elección de otra persona desde cuya perspectiva observamos nuestra propia conducta (el individuo en el transcurso de distintos proceso sociales elige determinados grupos o personas con los cuales se identifica). “Una persona sigue el camino del crimen en la medida en que se identifica con personas reales o ficticias, desde cuya perspectiva su conducta criminal parece como aceptable”.
La crítica que se hace a esta teoría es que se concibe la conducta criminal como conducta aprobada de antemano, dirigida intelectualmente por anticipado y no como un suceso que ha surgido más o menos por casualidad. Esto puede se así en algunos crímenes pero no todos y nunca en la mayoría.
TEORÍA SOBRE EL CONTROL SOCIAL
Se plantea que todo individuo podría actuar criminalmente pero se ve neutralizado por los vínculos sociales que le van a solicitar que tenga una actitud conforme a derecho, y servirán de dique a cualquiera. Cuando fracasan sus mecanismo de control, se produce una quiebra y ello conduce al crimen. Se plantea si todo individuo cuenta con el potencial necesario para violar las leyes y la sociedad ofrece varias opciones.
¿Por qué se obedecen las leyes? Según la escuela clásica la respuesta es por el miedo y por los vínculos existentes entre personas interrelacionadas íntimamente.
Aparece la teoría del arraigo social (representada por HIRSCHI), que pertenece a las llamadas de vinculación y consideran que ésta es lo que hace que el sujeto se ajuste a derecho. La consulta viene determinada por el vínculo emocional que une al individuo con personas significativas. En este vínculo descansa el compromiso frente a los demás. Cuando se rompe el vínculo aparece la criminalidad. Piensan que el delincuente puede ocasionar más consecuencias dañinas en las relaciones con otras personas y también con instituciones y es el miedo el que frena al individuo. El crimen sería el resultado de un debilitamiento de las relaciones.
Hay cuatro factores que determinan el arraigo en la sociedad:
Apego y la consideración hacia personas. La falta de estos hacia determinadas personas (característica de la personalidad psicótica) va a conducir hacia una falta de respeto hacia los demás).
Identificación y compromiso con los valores convencionales.
La participación en actividades sociales. El ocio y la desocupación pueden potenciar una actitud delictiva. La vida social supone un alejamiento del delito.
Las creencias suponen un importante freno al delito, ya que supone un respeto hacia los derechos de los demás
TEORÍA DE LA CONTENCIÓN SOCIAL
Su máximo exponente es RECKLESS. Se pregunta como un individuo pobre residente de una zona con elevado índice de criminalidad puede resistirse al delito. La respuesta la buscan en mecanismos de contención interna y externa:
- Internos: la solidez de la personalidad del individuo. Destacan el concepto de sí mismo; viene a ser el componente diferencial que explica el porqué unos individuos caen en la tentación y otros no. El concepto ofrece firmeza frente a los golpes de la vida en la elaboración interna de las experiencias.
- Externos: no se puede olvidar la vida familiar o la organización social y son importantes en cuanto pueden repercutir en el individuo positivamente en cuanto le prevean de firmeza.
Además hay mecanismos de presión divididos en: impulsos internos (descontento individual, hostilidad, rebelión...); presiones externas (condiciones de la vida adversas...); influencias externas (conducta desviada de compañeros, influencia de los medios de comunicación).
Para él, la conducta criminal va a responder a estos dos mecanismos. Mecanismos de contención y mecanismos de presión criminógena.


IV.
1. TEORÍAS DEL PROCESO SOCIAL (LABELLING APPROACH)
Consideran que no se puede comprender el delito presidiendo de la propia relación social, del proceso social de selección de ciertas personas y las conductas etiquetadas como criminales. Por tanto, el delito y la reacción social aprecen como término interdependientes, inseparables, recíprocas.
La marca de la persona de conducta desviada no es nueva, y desde los inicios siempre se ha tratado de buscar en el criminal una marca que lo distinga.
El Derecho Penal clásico lo enlazaba con el hecho punible, y la antropología criminal lo centraba en la personalidad del autor. Las malformaciones cromosómicas serían como medio de conocimiento del delincuente.
La estigmación sólo significa diferenciación, destacar de forma más o menos clara a determinadas personas y adscribir la explicación de su conducta.
El problema del control de la conducta se simplificaría si se pudiera conocer de forma clara el círculo de personas peligrosas socialmente por características fácilmente identificables. La búsqueda de esas marcas ha producido grandes abusos (judíos, cristianos,...).
Cuando tiene lugar una estigmación aparecen consecuencias destructivas paa los afectados y para sus familias.
Para los autores más representativos, las conductas irregulares están repartidas con una gran igualdad entre todas las clases sociales de la población, pero posteriormente los mecanismos sociales conducen a una desigual distribución del riesgo de ser detenido, condenado posteriormente, y esos mecanismos sociales son los que etiquetan al individuo.
Una pequeña aparte de los autores opina que en la clase inferior no existe una criminalidad propia, pero ocurre que esta criminalidad es creada por los llamados “procesos de atribución”.
IANNENBAUM (autor de “Crimen y comunidad”), es el primer autor en formular la frase: “los jóvenes delincuentes e hacen porque se les define como malos”. Considera que las reacciones y las definiciones del medio, con respecto a un determinado comportamiento, son decisivas para la aparición del comportamiento desviado.
Para BECKER, las normas son reglas de comportamiento elaboradas por los grupos sociales, si una persona viola estas normas será considerada como desviada desde el punto de vista del grupo. No interesan las causas de desviación, son el proceso de criminalización. Una persona s convierte en desviada cuando otras personas más significativas la etiquetan como tal.
Se les critica que no se ocupasen de los orígenes de la criminalidad y sólo centran su estudio partiendo de que es el grupo social dominante el que etiqueta al individuo.
El control social es el que crea la criminalidad. El interés de la investigación se desplaza desde el desviado y su medio hacia aquellos grupos que lo definen como desviado. Van a analizar los mecanismos de funcionamiento del control social y las carencias no las buscan en los individuos controlados sino en aquellos que ejercen el control.
El individuo pasa a convertirse en víctima de los procesos de atribución y definición. Un conducta no es delictiva por sí misma, ni su autor será un criminal por merecimientos objetivos, son que depende de ciertos procesos de definición y atribución y selección al mismo tiempo.
GARCÍA DE PABLOS señala que los agentes del control social formal, no detectan o declaran el carácter delictivo de un comportamiento, sino que lo generan o producen al etiquetarlo así.
El control social es altamente discriminatorio y selectivo, esa etiqueta de criminal es repartida por los mecanismos de control con el mismo criterio de distribución que otros bienes (fama, riqueza...) y ese criterio es el status y el rol de las personas.
Las posibilidades de que un individuo pueda ser etiquetado como delincuente, no dependen tanto del delito cometido, son que más bien dependen de la posición que ocupa el individuo en la pirámide social.
Si en una sociedad alguien posee poder para establecer normas (que determinen la moralidad media), también tiene poder para escapar a esas normas.
Los procesos de aplicación de la Ley penal constituyen los mecanismos de distribución de la propiedad negativa criminal.
CRÍTICAS
No otorga ninguna atención a las motivaciones iniciales que impulsan al sujeto a un acto delictivo.
Tampoco se preocupa de las motivaciones que le llevan a cometer el primer delito, ignora totalmente los orígenes de la actitud delictiva.
Estos teóricos han rescatado la figura del delincuente de ese determinismo biológico, psicológico y social en que se hallaba y lo que han hecho es incluirlo en un determinismo de la reacción social.
Estas teorías del etiquetamiento se han preocupado más por los hecho s cometidos por los débiles que los realizados por los poderosos, se han centrado en petimetres, bribones y pervertidos, y lo que no han hecho es centrar sus estudios en la violencia institucional encubierta.
Esta teoría no cubre suficientemente ciertos aspectos políticos del problema de la desviación.
I. Zona centro
II. Zona de transición
III. Zona de los hogares de los trabajadores
IV. Zona residencial
V. Zona suburbana


FUENTE: http://html.rincondelvago.com/criminologia_3.html
FERNANDO ESTEBAN

TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

I.
La Sociología criminal llegó a Europa tras la II Guerra Mundial, con gran fuerza y hasta el punto de destronar las teorías biológicas y psicológicas, si bien se vio que a la postres no arraigaron, pues las anteriores teorías eran de gran peso.
1. TEORÍAS MULTIFACTORIALES (FACTOR APPROACH)
Estas plurifactoriales utilizan un método inductivo y no van a atribuir la causa del comportamiento criminal a un solo factor, sino a una pluralidad de factores heterogéneos que a priori no tienen nada que ver unos con otros: rasgos personales, familia, escuela, hobbies,...
Su ámbito de estudio es la delincuencia juvenil, lo cual plantea un problema, la capacidad de extraer los resultados que obtiene a la realidad. Las conclusiones no se deben generalizar al conjunto del fenómeno criminal. Parte de su gran éxito se debe a demostrar el simplicismo con que operaban las teorías monocausales de la criminalidad, los plurifactoriales sostienen una pluralidad de condiciones en el crimen, no de un solo factor.
Estas teorías serán las primeras que tendrán un enfoque sociológico, el hecho de ser las primeras tiene un precio, el no haber podido desgajarse de las explicaciones biológicas. Cuando dan una explicación sobre la etiología del delito mantienen que inciden factores individuales.
Estas teorías presentan un mérito indudable, rechazan la explicación monocausal, con ello consiguen que todas las teorías que defiendan que el hecho criminal obedece a una sola causa, todas estas teorías son teorías simplicistas.
Si defienden que la criminalidad es debida a un conjunto de factores es lógico que critiquen a los que determinan que le fenómeno criminal obedece a una sóla causa.
GLUECK (matrimonio): Pese a que se observan en su trabajo reminiscencias biológicas, realizaron una importante investigación en 1950, analizaron 500 parejas juveniles de delincuentes y de no delincuentes, cuidando en cada caso que la edad, la criminalidad, la raza y el coeficiente intelectual fueran iguales; además de ayudarse de asistentes sociales, psicológicos, antropólogos y psiquiatras, determinando en 10 años de trabajo los factores por los cuales los delincuentes y los no delincuentes se parecían y se diferenciaban.
Los campos procedentes en la investigación fueron: familia, escuela, municipio, problemas médicos, inteligencia, personalidad, temperamento.
En un principio se tomaron en consideración 402 factores, quedando reducidos a 3 que se suponían suficientes para establecer un pronóstico social.
Vigilancia del individuo por su madre.
Severidad con que ésta lo eduque.
La armonía de la familia.
Una teoría de corte sociológico llega a la conclusión de corte psicoanalítico, los tres factores están estrechamente relacionados con la madre.
BURTON: “Los jóvenes delincuentes” (1940). Contempló la existencia de 170 condicionantes que desencadenan en el niño un comportamiento no deseable.
HEALY: hablará de la pluralidad de determinantes que pueden desencadenar el fenómeno criminal. Las variables que pueden determinar el comportamiento desviado son:
Males hereditarios.
Anormalidad mental.
Constitución física anormal.
Conflictos espirituales.
Malas condiciones familiares y amistades.
Intereses insatisfechos.
Malas condiciones en el desarrollo infantil temprano.
Estos tres autores consideran que en todos ellos operan tanto factores biológicos como factores socio - psicológicos.
El mérito de estos autores radica en haber iniciado el desarrollo teórico que considera las condiciones sociales como posibles causas de comportamiento desviado.
Aun tienen residuos biológicos pero ya inician el camino, de los factores sociales en la explicación del hecho criminal: el medio social determinará el desarrollo individual.
2. LA ESCUELA ECOLÓGICA DE CHICAGO
Si los teóricos plurifactoriales son los que han marcado el inicio de la configuración del crimen como hecho que responde a una pluralidad de factores. Esto encontrará su consagración en la escuela de Chicago.
Nace bajo el espíritu o carácter pragmático de la escuela americana, nace con la intención de resolver los problemas sociales delincuenciales de Chicago. No es una escuela teórica, esperan que sus teorías solucionen problemas reales. Problemas derivados de la inmigración, en 1860 numerosos emigrantes legan a Norteamérica, estos emigrantes se concentran en las ciudades del medio oeste, aumentando la población desde 1860 a 1910en más de dos millones de habitantes. Esta emigración masiva, unida a un proceso de industrialización va a provocar un tipo de hábitat distinto del tradicional.
La gran ciudad se convertirá en un conjunto entremezclado de etnias, religiones, culturas y al mismo tiempo en un foco de problemas fundamentalmente sociales: pobreza, marginación, suicidio, alcoholismo, prostitución y criminalidad.
Esta escuela y ante estos problemas investigará con una finalidad práctica: búsqueda de soluciones. Pretenden dar un diagnóstico fiable sobre los urgentes problemas de esa realidad americana.
Su objeto de estudio será la gran ciudad, con análisis de su crecimiento, de su desarrollo individual y la morfología del criminal que se produce en ese nuevo medio.
El mérito de esta escuela es que supo sumergirse en el corazón de la gran ciudad, conocen y comprenden desde dentro el mundo de los desviados para analizar todos los mecanismos de aprendizaje y transmisión de esta cultura.
(1) La primera teoría será la “ecológica”, cuyos máximos representantes son: PARK, BURGUÉS y MAC KENZIE, con el estudio de la desorganización social y las conductas que esta desorganización va a generar dentro de la ciudad.
Observan que se generan una serie de fenómenos y que la macro ciudad provocará una serie de consecuencias.
Hay cuatro puntos fundamentales:
Analizan y observan el debilitamiento de los vínculos que mantenían unidos a los grupos primarios.
Observan que se produce una modificación de las relaciones interpersonales y otra que tiende a que las relaciones sean más impersonales y más superficiales.
Observan una pérdida de arraigo en los lugares, donde se vive.
También una relajación de los frenos de inhibiciones de los grupos primarios bajo la influencia del ambiente urbano.
Esta circunstancias serán las responsables del aumento de la criminalidad. El debilitamiento del control social informal producía un peligro evidente, la ruptura de los lazos primarios y el relajamiento de los vínculos y de las inhibiciones del grupo primario, por influencia del entorno urbano, son los responsables de aumento del vicio / criminalidad en las grandes ciudades.
Su gran mérito es haber situado las causas del delito en el medio social. Si la sociedad es la que desencadena el hecho criminal habrá que incidir sobre el medio cambiando las estructuras sociales.
(2) Teoría del “contagio social”: Se produce en la gran ciudad un proceso mediante el cual los comportamientos desviados se transmiten entre individuos de características similares.
“La Banda” 1927, libro en el que examinan hasta 1313 bandas existentes en Chicago, descubriendo una zona por los ferrocarriles donde se ubicaban gran parte de éstas, también en áreas de edificios de oficinas y en grandes almacenes.
Otros autores demostraron que la cifra de criminalidad disminuía con el alejamiento del centro urbano, incrementándose en este centro y en zonas industriales.
Mantienen que la criminalidad potencial se concentraba en las áreas delincuenciales: proximidades de establecimientos comerciales, industriales,... porqué ahí existe un debilitamiento del control social y consideran que si éste no está debilitado no se produciría esto en las zonas residenciales de los núcleos urbanos.
BURGUESS, círculos concéntricos.
I. Se van a concentrar los comercios, zonas de recreo y de diversión, centros cívicos y políticos, es la zona neurálgica de la ciudad donde giran las principales actividades de los habitantes.
II. Al ser una zona absorbida por el comercio y por la industria ligera, es una zona que expulsa de su seno a la mayoría de sus habitantes, salvo a los más pobres.
III. Será donde habiten los obreros de la industria que han trasladado de la zona II, ya que sufre un deterioro progresivo. Sin poder acceder a la zona IV, lo que les permite no estar demasiado lejos de su trabajo.
IV. Zona residencial, inmuebles de lujo, grandes residencias.
V. Zona donde se asientan los suburbios con sus arrabales y sus ciudades dormitorio.
SHAW llega a cinco conclusiones:
Los delincuentes no difieren del resto de la gente en cuestiones de inteligencia, físicas y de personalidad. Desde aquí rechazan todas las teorías biológicas no diferenciando causas hereditarias, psíquicas, psicológicas,...
Los barrios ofrecen numerosos incentivos para cada actividad criminal. Se entra en rivalidad con otro barrio porque el individuo se siente identificado con el suyo propio.
El comportamiento delictivo se aprende y se trasmite a través de la tradición moral y del comportamiento de los demás.
Considera que las verdaderas carreras criminales se consolidan y desarrollan cuando el individuo se identifica con su mundo delictivo e interiorizan los valores de ese mundo criminal, de su grupo.
La localización geográfica de estos barrios es la zona industrial; con un nivel adquisitivo menor, hay mayor tasa de criminalidad, la etnia es también u otro factor decisivo como hispanos, negros,...
Como primera crítica a esta escuela, podemos decir que simplifica en exceso el análisis sobre las causas del delito y son incapaces de explicar la criminalidad que se produce fuera de esas áreas. Otra duda radica en que si son estas áreas las que van creando delincuentes o si por el contrario atraen a personas más proclives a la comisión del delito.
TEORÍAS AMBIENTALISTAS
Destacar a NEWMAN “Espacios defendibles” 1973, donde propugna la prevención del delito a través del diseño arquitectónico del espacio urbano, crear ambientes residenciales que inhiban del delito.
Propuso medidas muy precisas para que el individuo defienda su espacio, que cree este sentimiento:
Subdividir áreas publicas en zonas más pequeñas para que los vecinos adopten aptitudes de “propiedad”, donde se sustituya el anonimato por un sentimiento de vecindad, comunidad y responsabilizándose de todo lo que ocurra en su entorno.
La ubicación de las ventanas será importante para observar estas áreas.
Emplazar zonas concurridas junto a zonas públicas, y que no sean fuente de peligro: parques, zonas de recreo...
Que se construyan áreas públicas de tal modo que los visitantes se sientan observados en todo momento.
GARCÍA DE PABLOS llega a la conclusión que las edificaciones gigantescas incomunicadas con el tráfico rodado, sin portero o vigilancia, de fácil accesibilidad para cualquiera, concentrarán mayores tasas de criminalidad.
Newman lleva a cuatro conclusiones:
Los edificios de 7 pisos o más altos son los más idóneos para la comisión de delitos, a mayor número de pisos mayor índice de criminalidad.
Numerosos delitos se cometen en ascensores, lo que disminuiría si se potenciasen las posibilidades de observación.
Los puntos más problemáticos son por los que transitan los ocupantes de las viviendas, siempre que no existan medios de observación.
Como lugares que incitan al crimen destaca los pasadizos, calles vacías, salidas de la ciudad, edificios sin portero...

II.

1. CONCEPCIONES ESTRUCTURAL-FUNCIONALISTA. LA TEORÍA DE LA ANOMIA
Se enmarca dentro de la Sociología criminal, anomia significa ausencia de normas. DURKHEIM utiliza este concepto en 1983 al elaborar su teoría sobre la división social del trabajo, no como un principio económico, sino como uno de los fundamentos más importantes de la vida social en general. Observa que se produce una diferencia de la cooperación, es decir, en la Revolución Industrial esta creciente división del trabajo provoca formas de insolidaridad entre los individuos. Se observa un debilitamiento de la conciencia colectiva acentuando las diferencias individuales. Anomia será para él un estado de desintegración (dentro de la esfera social) originado por el hecho de que la creciente división del trabajo está obstaculizando el contacto, la relación social es insatisfactoria.
Esta problemática la extrapola al suicidio y dice que tanto en épocas de prosperidad como en las de depresión económica aumentan las tasas de suicidio. Concluye diciendo que cuando las necesidades de las personas no se pueden satisfacer con los medios disponibles es frecuente el suicidio. Habla también de que el bienestar puede convertirse en causa de suicidio, y considera que en épocas de prosperidad las necesidades de las personas se vuelven ilimitadas y no pueden ser satisfechas, mientras que en una situación estable, las aspiraciones y necesidades están reguladas y delimitadas por las normas. La situación inestable va a producir un derrumbe de las normas apareciendo, por consiguiente, la anomia. Considera que este concepto se produce en un estado social caracterizado por un debilitamiento general de la conciencia colectiva, desinterés, insolidaridad, etc...
La anomia será el fracaso o la falta de un sistema de convicciones morales arraigadas colectivamente.
El comportamiento desviado: la criminalidad es normal y es un fenómeno social que debe ser explicado socialmente y considera que cada sociedad mantiene una cohesión interna, una solidaridad social, y la mantiene porque existe una consciencia colectiva que va a ejercer presión sobre los individuos. Considera que la colectividad se va a imponer sobre el individuo infractor. existe una primera conciencia colectiva que será la que dicte lo que es bueno y correcto y cuando el individuo no se adapta, hará un frente común a ese individuo, pero con un sentimiento de superioridad. A través de ese sentimiento de superioridad se va a producir la solidaridad social y se produce porque el fin de la pena no será un fin retribucionista, ni prevencionista, sino que será para que el ciudadano honesto no se desmoralice “La pena hace ver al ciudadano honesto la utilidad de su sacrificio, la pena mantiene su confianza en el sistema e identifica como inferior al grupo criminal y refuerza el sentimiento de superioridad del grupo”.
El delincuente para Durkheim, es consecuencia de las estructuras de la sociedad y será un hecho, un fenómeno normal y absolutamente necesario dentro del engranaje social, será la otra cara de la moneda, lo que es normal es que exista un incremento de las tasas de criminalidad “Una determinada cantidad de crímenes forma parte de toda sociedad sana”. Una sociedad sin crimen será una sociedad primitiva, monolítica e inmóvil, el crimen cumple una función integradora e innovadora dentro del funcionamiento social.
La pena debe intentar no desmoralizar a la sociedad, el criminal es un sujeto no antisocial, un factor de funcionamiento regular de la vida social.
MERTON define la anomia como la quiebra en las relaciones entre las metas sociales y los caminos para alcanzar estas metas. Desarrolla una teoría general sobre el comportamiento desviado, también la conducta desviada es una reacción normal a todas las contradicciones de las estructuras sociales. Toma como ejemplo la sociedad norteamericana. La persecución de la riqueza y la acumulación de ella es una meta obligada y prioritaria para todos los ciudadanos y ese objeto, es ensalzado por la estructura cultural. Frente a esa necesidad cultural, existe una estructura social que limita a ciertos sectores de la población el acceso a esas necesidades culturales. Dice que estas contradicciones entre estructura, culturas y sociedad producen una tendencia a la anomia y afecta con intensidad a las clases bajas. La persecución del éxito y del prestigio y del status social son aspiraciones a las que debe llegar todo americano sin importar los medios.
Esta estructura cultural viene representada por la familia, la escuela y por el trabajo, que van a inculcar al individuo, desde pequeño, en ese afán de riqueza y poder. Pero no le facilitan los medios suficientes para que todo individuo pueda llegar a esos fines. Se plantea qué consecuencia habrá para aquellos individuos que están en diversos niveles de la estructura social en una sociedad que se da supremacía al éxito pero no da los mecanismos necesarios:
La conformidad: al aceptar tanto las metas culturales como los medios instintivos para llevar a esos fines. Donde no ocurra esa conformidad la estabilidad se verá amenazada.
La innovación: la reacción desviada, el uso de medios ilícitos para obtener los fines culturales, se produce una actuación de las metas culturales, pero cuando no se arbitran los medios, la gente tiende a olvidar las restricciones.
El ritualismo: es una reducción y / o un abandono de las metas culturales, a favor de la conversión a los medios institucionalizados. El individuo incapaz de alcanzar los fines culturales renuncia a ellos, pero no renuncia a las reglas que rigen el trabajo y el esfuerzo (monotonía).
El retraimiento: es una renuncia tanto de los fines culturales como de los medios institucionalizados. Es la respuesta menos difundida.
La rebelión, ante la frustración que surge cuando existen posibilidades imitadas para alcanzar esos fines, pueden conducir a un rechazo de los fines y medios introduciendo valores distintos, nuevas formas de organización e instituciones, una nueva estructura social.
2. TEORÍAS SUBCULTURALES
Esta denominación de subcultura no es exclusiva de la Criminología (utilizada también por los sociólogos). Tal expresión se generalizó a partir de la II Guerra Mundial y tomó fuerza a partir de la obra de COHEN: “Chicos delincuentes”.
Las teorías nacen en EE.UU. y surgen como respuesta a la problemática que existe en este país con respecto a las teorías marginales (étnicas y raciales, culturales, etc.).
Consiguen con Cohen, convertirse en teorías explicativas de conducta desviada y llegan a ser teorías importantes dentro de la Sociología criminal americana.
El concepto presupone la existencia de una sociedad rural. Supone a la vez un examen desde dentro del mundo de las minorías, desde la propia óptica de los desviados y sobre todo en el caso de la delincuencia supone una decisión simbólica de rebeldía, en el caso de la delincuencia juvenil, hacia los valores de las clases medios. Actuación negativista, no racional, propia de la criminalidad de los adultos.
Discrepan de los postulados de la escuela de Chicago, al considerar que no son determinadas áreas de la ciudad las que van a generar la criminalidad de las capas más bajas de la sociedad, sino que el delincuente es consecuencia de los códigos de valores propios de la subcultura y que al mismo tiempo, esos son ambivalentes respecto de la sociedad oficial. Se señala que tanto la conducta normal, conforme a derecho, como la irregular se definían en relación a los respectivos sistemas de normas y valores oficiales y suboficiales, quiere decir que estos sistemas de valores van a contar con una estructura muy semejante, con valores que interiorizan refuerzan y transmiten a través de los mecanismos de aprendizaje socializante.
La adaptación de Cohen es la más importante. Centró su estudio en la delincuencia juvenil de status más bajos y concluyó que las áreas delincuenciales no eran ámbitos desorganizados, sino con normas y valores distintos de los oficiales. La subcultura va a operar como una evasión a la cultura general, o como una reacción negativa; será como una cultura de recambio que ciertas minorías marginales van a crear dentro de la cultura con el propósito de dar salida a la ansiedad y a la frustración. Opera como válvula de escape frente al conflicto de no poder participar de las expectativas que ofrece la sociedad, una gran cantidad de autores creen que la única dificultad importante existente entre delincuente y no delincuente reside en el grado de exposición a una subcultura.
CARACTERÍSTICAS DE LAS SUBCULTURAS
No utilitarias (robar por robar).
Maliciosas.
Negativistas de otras culturas.
La delincuencia juvenil y la subcultura van a aparecer sobre todo concentradas en los sectores masculino y de baja condición social.
La razón que Cohen da es que es precisamente la clase trabajadora la que se va a encontrar con el grado más alto de frustración. Los miembros pertenecientes a estas subculturas, vivan donde vivan, y sean de la condición que sean, están unidos por los valores de las clases medias y estos son el éxito a perseguir metas cada vez mayores (con ello obtendrán respetabilidad, relaciones sociales,...). Ante las expectantes metas que ofrece la clase obrera se verán desaventajados.
Los modelos de socialización en la familia de clase trabajadora: la discriminación que llevan a cabo los maestros,... va a producir un problema de ajuste entre el niño que ha sido primariamente socializado a través de los valores correspondientes a su subcultura. La solución es la subcultura criminal o sin voluntad de obtener metas de la clase media se va a volcar en comportamiento agresivo, bandolerismo y a través de sus actos logrará el éxito dentro de la subcultura, escapando de la intolerable frustración y ansiedad.
El problema de la cultura es que al tener interiorizados los valores d la clase media, su actitud siempre será de rechazo hacia esos valores debido a la frustración, esto se verá en actos de vandalismo... creando posteriormente unos valores propios.


FUENTE: http://html.rincondelvago.com/criminologia_3.html
FERNANDO ESTEBAN

EL MODELO “PSICOSOMÁTICO”: EXPLICACIONES PSICOANALÍTICAS DEL CRIMEN

1. EL MODELO “PSICOLÓGICO”: TEORÍAS CONDUCTISTAS
Se ha tratado de explicar en base a un instinto primario de agresión.
ORÍGENES DEL PSICOANÁLISIS
A finales del S.XIX, con estudios sobre histeria y neurosis. Destacar a JANET como el primero en utilizar la hipnosis. Decir también que el efecto de la catarsis, consiste en la liberación de ideas que están relegadas en el inconsciente. SIGMUND FREUD comienza a explorar el inconsciente y los instintos inhibidos, así como a desarrollar la teoría de la neurosis.
Principales aportaciones del psicoanálisis: en principio debemos distinguir entre:
*Consciente: es una región psíquica en la que las percepciones que provienen del mundo exterior, del propio cuerpo o mente, se hacen conscientes. Lo consciente es aceptado y reconocido por el sujeto en el momento que se realiza.
*Subconsciente: son todos aquellos sucesos, procesos y contenidos mentales que son capaces d alcanzar o llegar a la consciencia si se realiza un esfuerzo para concentrar la atención. Una de las funciones del subconsciente es mantener una barrera regresiva que consume anhelos, deseos, para evitar el desagrado y retrasar la descarga instintiva; pero al mismo tiempo tiene que lograr que la energía mental concuerde con las exigencias éticas, con los valores morales de la sociedad.
*Inconsciente: es la suma total de todos los contenidos mentales o de los procesos que quedan fuera de la consciencia y que al mismo tiempo son incapaces de llegar a ella debido a una contrafuerza que es lo que se llama represión. Estos contenidos mentales inconscientes son impulsos o deseos que resultan inaceptables, amenazadores o repugnante para el propio sujeto desde un punto de vista ético o intelectual. Ante estos deseos existe una represión, pero pese a ella, intentarán llegar a la consciencia y a cada intento corresponderá una represión de los mismos. Esto puede llevar a un conflicto, apareciendo incluso síntomas neuróticos.
La inconsciencia nunca puede llegar a hacerse consciente, salvo en contadas ocasiones: Cuando la censura está dominada por la aparición de síntomas psiconeuróticos; Cuando nos relajamos (por ejemplo, en el sueño); Cuando se engaña al inconsciente.
Freud realiza otra distinción: “El Ello”, “el yo” y “el super yo”.
El ello es la zona mental donde residen los procesos psíquicos más primarios y los impulsos instintivos.
El yo es un estrato superior al ello y es el encargado de organizar esos instintos: tarea de autoconservación.
El super yo, es una parte de la personalidad que tiene como misión formar la consciencia, los ideales. Se forman en una edad temprana, asumiendo el modelo de una persona con la que el niño se siente identificado y que suele ser el padre.
Para los psicoanalistas el crimen sería consecuencia bien de un fracaso en la interiorización de las normas y valores convencionales (triunfando el ello), o bien de una mala estructuración del yo que es incapaz de controlar las fuerzas instintivas del ello y a su vez de las exigencias del super yo.
Esto hace que Freud establezca un paralelismo entre neurosis y criminalidad, ya que los comportamientos responden a unos mismos procesos.
La neurosis es el proceso psíquicos del inconsciente, producido por un acontecimiento, sea normal o traumático, vivido muy profundamente de modo que le produce un choque de tal fuerza que se fija en el modo inconsciente en el momento en que sucede. En este momento, para Freud, el inconsciente no evoluciona tanto y hay una regresión al pasado.
Freud observa que el paciente ignora porque realiza ciertos actos y el porqué de su neurosis. La neurosis se formará como sustitución de algo que no se ha llegado a manifestar en el exterior de tal modo que procesos psíquicos se han visto interrumpidos o perturbados en su curso, ello ha obligado a que permanezcan en el inconsciente debido a la represión.
Freud aportó el interés por la vida mental subconsciente que tomará la fuerza y energía en el instinto sexual y en un instinto agresivo. En el individuo lucharán dos instintos contrapuestos por una parte una fuerza positiva, básicamente sexual, y por otra parte una fuerza negativa, de destrucción que es el instinto de muerte.
En el aspecto sexual, Freud distinguió cinco etapas en el desarrollo de la libido: oral, anal, fálica, latente y genital. Son las que determinarán la fijación del individuo en una fase o estadio anterior. Esto puede determinar qué tipo de comportamiento delictivo realizará un sujeto.
El complejo de Edipo: Freud se basó en una figura de la mitología griega. Edipo asesinó a su padre y mantuvo relaciones con su madre. El complejo de Edipo no es más que las relaciones que se establecen entre el niño y uno de sus padres, siempre del sexo opuesto, esta relación es una relación en la que si el niño se enamora tendrá una gran rivalidad, hostilidad hacia el progenitor del mismo sexo, corresponde con la etapa fálica (2 -5 años). El niño busca un objeto en el que depositar todo su amor. Se establecerá un triángulo, niño que siente un enamoramiento con su madre, relación violenta de celos hacia el padre, es una etapa cargada de ansiedad, de sentimiento de culpa ya que el enamoramiento hacia la madre, el niño teme la reacción violenta del padre, reacción que supondría en la mente del niño la castración. Algunos cuadros patológicos son la mala superación del concepto de Edipo.
CRÍTICA AL PSICOANÁLISIS: no aporta conocimientos verificados ni científicos, son teorías que se basan en hechos indemostrables.
Hay otros psicoanalistas que piensan que la delincuencia es debida a una pronta separación de la madre, en este sentido se realizaron estudios observando lo siguiente: se comparó un grupo reducido de delincuentes con otro de no delincuentes y se observó que en el primer grupo 17 de los 44 habían vivido una separación de la madre de 6 o más meses durante los primeros cinco años de su vida y que tenían una incapacidad para establecer relaciones interpersonales: se dedujo que esa experiencia infantil fue un poderoso factor criminógeno.
ADLER entiende que existe un sentimiento de inferioridad, ambición de poder y un sentimiento de comunidad que van a determinar la conducta humana.
JUNG parte de la idea del inconsciente colectivo y trata de explicar guerras, actos violentos, atrocidades cometidas por la humanidad... trata de explicarlo a través de la idea de inconsciente colectivo como un conjunto de vivencias de la humanidad acumuladas a lo largo de la historia.
E.FROM entiende que el hombre occidental es un ser inseguro, angustiado y además dependiente de la aprobación ajena, lo que produce una incapacidad de amar, incapacidad en la toma de decisiones, en definitiva es un individuo dispuesto a destruirlo todo.
CONCLUSIÓN: no existe una teoría psicoanalítica única, sino diversas hipótesis, la moderna doctrina relega a un segundo plano ese instinto primario de agresión, el triunfo del ello y la idea de sentimiento de culpa inconsciente de origen idílico. Es decir, todos los elementos fundamentales del psicoanálisis pasan a un segundo lugar. Pese a todo han contribuido a un mejor conocimiento del hombre y lo han conseguido a través de estos mecanismos inconscientes que todos poseemos. Problema añadido es que sus teorías no son observables.
2. MODELO PSICOLÓGICO
Psicología es aquella ciencia que estudia la vida psíquica del individuo y en el ámbito criminológico es importante porque da a conocer una pluralidad de teorías al respecto.
Numerosas explicaciones teóricas conceden mucha importancia al organicismo (teoría organicista ! El organismo será el responsable del acto criminal con lo cual existe una personalidad criminal).
El hecho que los sujetos relacionados con el crimen presenten gran similitud con su ambiente social explica porqué aparecen otras teorías que se basan en el medio ambiental (teorías ambientalistas ! la sociedad será en última instancia la culpable del crimen, la que genera la figura del delincuente).
TEORÍA CONDUCTISTA
Achacan la etiología del crimen exclusivamente a factores externos, estímulos y refuerzos porque entienden que las pautas de la conducta habitualmente atribuidas a factores internos pueden inducirse, eliminarse y reestablecerse modificando las influencias externas del medio.
La mayor parte de los hechos delictivos constituyen conductas adquisitivas, que se adquieren, en esa adquisición no se requiere ningún tipo de técnica especial, lo que va a interesar es el porqué algunos individuos no inhiben ciertas conductas que son socialmente inhibidas.
Aparece como la consecuencia de fallos o deficiencias en el condicionamiento del proceso de socialización.
EYNSENCK: el comportamiento social se adquiere a través de un proceso de condicionamiento en el aprendizaje de las conductas de socialización, el niño aprende a inhibir las respuestas antinormativas mediante el establecimiento de una serie de repuestas emocionales condicionadas ante estímulos asociados a la conducta antisocial.
Como resultado de este aprendizaje, los actos antisociales se verán asociados con un estado aversivo de miedo producidos por el castigo. Serán los miedos condicionados los que van a constituir un freno a la conducta antisocial. El niño no llevará a cabo una conducta que ha sido previamente castigada. La falta de socialización ocurre en individuos a los que les alta la habilidad para adquirir respuestas condicionadas en general.
TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL
Es una variante del conductismo, muy próxima a las teorías sociológicas del aprendizaje por transmisión cultural.
Consideran que la adquisición de las pautas, modelos criminales se producen mediante el aprendizaje evolutivo que descarga en la observación e imitación del comportamiento criminal entre otros.
FREUD en “Psicopatología de la vida moderna” dice que son meros actos o palabras fallidas, lapsus; cada acto tiene una explicación, las teorías del aprendizaje se oponen a las psicoanalistas, que sostienen que muchos actos obedecen al inconsciente.
Puntos de esta teoría:
Casi toda la conducta es aprendida.
Las leyes que gobiernan este aprendizaje pueden conocerse y medirse.
Tanto la conducta normal como la anormal, se adquieren mediante los mismos mecanismos normales de aprendizaje. El crimen representa un conjunto de actos aprendidos por el individuo.
BANDURA parte de la idea que el sujeto no nace violento, sino que lo aprende a través de las vivencias diarias, de la interacción con los demás. Un elemento que avala esta teoría es el acuerdo, por parte de los psicólogos, en la no conveniencia de que los niños vean programas violentos en la televisión, ya que contemplan como otros individuos consiguen alcanzar objetivos mediante la violencia, e incluso son recompensados. Si un niño asocia violencia con recompensa es fácil que aprenda a actuar violentamente.
Los factores biológicos y psicológicos pueden predisponer al individuo, pero el factor definitivo de las tendencias criminales se debe al entorno socio - ambiental.
En la conducta antisocial será muy importante el aprendizaje en base a modelos, no solo se aprende en base a recompensas y castigos sino también de lo que e observa en otros miembros de la comunidad, y así las respuestas punibles pueden aprenderse “viendo lo que les pasa a los otros”, se aprende, se adquiere una experiencia propia a través de los éxitos y equivocaciones que observamos.
El castigo produce una inhibición de posibles conductas cuando comprobamos las consecuencias negativas que les produce a los demás.
ANÁLISIS FACTORIALISTA: RASGOS DE LA PERSONALIDAD
Pretende explicar el contenido de ciertas conductas en base a rasgos de la personalidad, que se irán recogiendo en test y van a permitir comparar grupos y subgrupos de delincuentes.
ARGYLE mantiene que los delincuentes suelen presentar alguno de los siguientes rasgos:
Consciencia débil
Escaso sentimiento de culpa.
Rechazo de la autoridad.
Tendencia al agrupamiento con otros delincuentes.
Impulsividad.
Mínimo autocontrol.
De todas las características que se pueden presentar hay una a la que se le ha prestado gran importancia, la inteligencia.
Al hablar de delincuencia e inteligencia se plantea la gran interrogante, ¿son los delincuentes menos inteligentes?. No puede afirmarse que los delincuentes sean menos inteligentes, se constata la presencia de delincuentes brillantes. Es obvio que hay delitos que requieren para su comisión un alto grado de inteligencia.


FUENTE: http://html.rincondelvago.com/criminologia_3.html
FERNANDO ESTEBAN

ORIENTACIONES BIOLÓGICAS Y EXPLICACIONES BIOLÓGICAS DEL HECHO CRIMINAL

1. CORRIENTES BIOLÓGICAS
Son las que mayor parecido tienen con las ideas propuestas por Lombroso, ya que parten de que el delincuente es “distinto” del no delincuente. Y es en este factor de diferenciación donde reside el porqué del hecho criminal. Factor biológico que distingue al delincuente del no delincuente. Centra sus estudios en la búsqueda de un trastorno que supone un contrapunto de las tesis ambientalistas, ya que en el S.XVIII el francés Gall que estudió las protuberancias y otras irregularidades de los cráneos del recluso, en busca de una anormalidad que explique su postura, más tarde con la escuela positiva, Lombroso con el atavismo moral. El criminal es un ente aparte, un ser distinto. Y a partir de aquí las explicaciones posteriores dicen que estas fases biológicas, son las que van a influir.
El método experimental, que aplican al campo de la conducta humana basada en la observación de masas y del individuo.
BIOLOGÍA CRIMINAL
Engloba una serie de ciencias. Se habla también de antropología criminal basada en el aspecto corporal de la persona. Engloba psicología criminal y también la sociología criminal: delito como hecho social.
ANTROPOLOGÍA CRIMINAL
BERTTILLON: antropometría: mediciones del cuerpo. Autor que se dedicó a medir las partes del cuerpo humano con 11 medidas distintas. Con este sistema unido a la fotografía del delincuente se utilizará como medio de identificación.
Otra aportación será la que utilizando un método estadístico, se realizan ediciones precisas, viables y reproducibles.
Con todo este sistema de mediciones se intentará acabar con la teoría Lombrosiana, ya que los antropometristas llegarán a la conclusión de que existe una proclividad delictiva presente en todo ser humano, capaz de determinar en ciertas circunstancias que una persona se convierta en criminal.
El nivel intelectual es la fuente primera del delito.
GORING: comparará presidiarios con grupos de control no presidiarios, llegando a la conclusiión de que no hay diferencias representativas, así el delincuente atávico no existe.
HOOTON: sostendrá que los criminales son naturales, que están destinados al crimen por taras hereditarias, llevan en su interior signos de deficiencia.
Llegó a la conclusión que los criminales estaban degenerados. La única manera d atajar la criminalidad es la eugenesia y el control de la reproducción.
Mantuvo que las medidas corporales de los delincuentes eran inferiores a las de los no delincuentes, lo asociaba a la inferioridad mental.
KRETSCHMER: “Biotipología”. Elabora una tipología delictiva que aún perdura hoy en día. Distingue:
leptosomático, caracterizado por tener el cuerpo alargado y delgado, la cabeza pequeña y la nariz puntiaguda.
Atlético, gran desarrollo del esqueleto y musculatura, tórax y cabeza grande.
Pícnico: abdomen prominente, cabeza redonda y ancha, tendencia a la obesidad.
Displático, presenta características muy exageradas de cualquiera de los grupos anteriores.
Esquizotínico, presenta una constitución leptosomática, pero con un temperamento introvertido.
Ciclotínico, personas extrovertidas, de constitución pícnica.
Viscoso, constitución atlética, oscila entre el leptosomático y el pícnico pero son tranquilos y pasivos.
GLUECK: Se centró en los estudios comparativos, estudiando gemelos, estudiaron 500 jóvenes en un grupo criminal por un lado y en el otro un grupo de control. Extrajeron determinadas conclusiones.
- 60,1% de delincuentes parecían como individuos proclives a actos violentos, a su vez insensibilidad e inestabilidad emocional.
Cobran importancia los estudios procedentes de la endocrinología, se ha tratado de explicar el comportamiento humano criminal de manera específica, como un comportamiento debido a procesos hormonales endocrinos patológicos. La conducta criminal es debido a disfunciones de secreción interna.
Destacan cuatro autores, Pende, Vidoni, Ditullio (italianos) y Ruiz de Funez (español). Son autores de principio de siglo.
El punto de partida de la disfunción hormonal, esa disfunción tendrá una gran influencia sobre el temperamento y el carácter del individuo. Esta disfunción puede influenciar en el desarrollo de la delincuencia. Entienden que las glándulas de secreción internas, relacionadas con el sistema nervioso vegetativo, están ligadas a la vida instintivo afectiva.
De eso se derivarán relaciones más o menos extensas entre las funciones endocrinas y el carácter. Relaciones entre la constelación hormonal individual y la criminalidad.
DI TULLIO entenderá que las glándulas endocrinas intervienen en la criminogénesis, por la constitución misma del individuo. Este autor adelantará que la constitución de los criminales está bajo la dependencia de su sistema hormonal, de su sistema endocrino.
Muchos autores han querido constatar la disfunción glandular con un tipo de comportamiento criminal.
Respecto a la criminalidad femenina, han sido muchos los estudios que han querido demostrar que la mujer ha cometido un alto porcentaje de delitos durante el período catameñal.
Una teoría endocriminológica está condenada al fracaso, ya que muchas personas tienen disfunciones y no por ello son criminales.
La escuela biológico - positivista contiene:
El interés se centra hacia el actor y su comportamiento.
Criminales y no criminales se diferencian por sus condiciones biológico - antropológicas.
Estos factores biológico - antropológicos son los que determinan el comportamiento individual.
Este tipo de teorías son apropiadas para apoyar, justificar ideologías reaccionarias, totalitarias, racistas.
Si la teoría biológico - positivista se adecúa, puede ser utilizada para legitimar determinados intereses.
GENÉTICA
EXNER: entenderá que si la predisposición determina de manera decisiva la evolución de la personalidad y el delito es una exteriorización de esa personalidad, no se puede restar importancia a la influencia de la masa hereditaria del factor hereditario. No por eso entiende que el factor hereditario sea determinante.
El delito, para él, es siempre una reacción a impresiones ambientales, los influjos hereditarios y los influjos ambientales no se pueden desenredar.
No existe la predisposición al delito. Puede existir en determinadas personas debido a rasgos hereditarios o genéticos un desarrollo direccional hacia el delito. Este desarrollo direccional puede disminuirse o aumentarse mediante la acción tanto de circunstancias internas como externas.
Ni el desarrollo direccional ni el mundo circundante pueden por sí mismo, llevar a una persona al delito. Se rechaza una teoría puramente biológica y también se rechaza una teoría sociológica, los dos factores están interrelacionados, provocando el hecho criminal.
El delito es un concepto jurídico que varía dependiendo del tiempo y el lugar.
Se observa que la mayoría de los estudios se centran en: se han hecho estudios sobre familias criminales, gemelos, adopción y estudios sobre cromosomas.
Genealogías de delincuentes: se hace un seguimiento sobre la descendencia de una parte o línea. Se deja a parte el influjo de otros familiares. El gran inconveniente es que suelen encontrarse sobre una familia concreta.
Estudios de gemelos: hay que distinguir entre gemelos univitelinos y bivitelinos.
LANGE: buscó gemelos univitelinos, cuyo padre era criminal, si la masa hereditaria es un factor decisivo, y la disposición criminal existe en uno de los hermanos, lo lógico será que el otro también tenga esa predisposición. De los diversos trabajos realizados se desprende que el comportamiento de ambos es igual. Hay que añadir que los dos hermanos vivían casi siempre bajo las mismas circunstancias externas.
En el supuesto de los gemelos bivitelinos, al no tener la misma herencia, pero sí el mismo medio, y si éste es decisivo, deberían mostrarse también en ellos las mismas manifestaciones que los univitelinos, pero esto no es así, de ello se deduce la importancia de la carga hereditaria.
CHRISTIANSEN: se estudiaron todos los gemelos nacidos en Copenague entre 1881 - 1910. Logró estudiar 3586 parejas de gemelos, de estos encontró 799 con antecewdentes en alguno de sus gemelos. Encontró una mayor concordancia criminal entre gemelos univitelinos que entre bivitelinos.
De este estudio extrae que cuanto más común sea la delincuencia en un área geográfica, menos genéticamente determinada está. Con esto todo parece determinar que la conducta delictiva manifestada en un medio no delincuente está más fuertemente determinada por la genética mientras que la conducta delictiva está determinada por el ambiente.
También se realizaron estudios sobre adopción, se compararon los padres biológicos con los hijos que han “cedido” en la adopción y a su vez con los padres adoptivos. Si la adopción se produce inmediatamente después del nacimiento, la influencia de los padres biológicos es biológica no ambiental, al estar estos dos factores separados se pueden evaluar la relativa influencia de estos dos factores.
CROWE: estudió 41 mujeres que habían estado en un reformatorio entre 1925 y 1953, estas mujeres habían tenido 52 hijos que habían sido adoptados, estos hijos tenían entre 15 y 45 años en el momento del estudio, estos 52 hijos fueron comparados por un grupo de control (niños adoptados) teniéndose en cuenta variables como sexo, raza, religión, ... Se observó que 8 adoptados del primer grupo tenían antecedentes penales, mientras que el grupo de control, sólo dos presentaban antecedentes penales.
Los estudios sobre malformaciones genéticas. En 1961 se publica el descubrimiento de SANDGERB, presencia de una malformación cromosómica consistente en que los varones presentaban una Y de más.
En 1965 una autora inglesa PATRICIA JACOBS, investigaba en los centros penitenciarios y descubre que numerosos reclusos presentan esta anomalía cromosómica XYY. Jacobs observa las características de estas personas, observando que son más altos que el término medio, que la mayoría son perturbados mentales, y además suelen ser autores de delitos violentos contra las personas o contra la propiedad.
Jacobs dice que los individuos que presentan esta anomalía son violentos, peligrosos y con propensión al crimen. No puede afirmarse que quien tiene esta anomalía sea peligroso o violento ya que las pruebas se realizaron en centros penitenciarios.
A nivel político criminal y jurisprudencial, una misma anomalía supuso que se dictaran dos sentencias distintas: ** 1968, Australia, autor de asesinato, se le absuelve del mismo por presentar la anomalía XYY; ** 1968, Francia, se condena a un individuo a la pena de 7 años de prisión, por presentar la anomalía XYY.
2. EXPLICACIONES PSICOPATOLÓGICAS DEL HECHO CRIMINAL
Desde los inicios de la humanidad, y principalmente desde los primeros estudios realizados en materia criminal, se observa que la sociedad ha pretendido siempre atribuir al delincuente anormalidades psíquicas como causa de su comportamiento.
Pero es sólo a partir del siglo XIX cuando empieza a distinguirse entre delincuente y enfermo mental, contemplando a éste último como cualquier otro enfermo.
Es indudablemente la psiquiatría la disciplina mejor predispuesta a explicar el comportamiento delictivo como producto o expresión de patologías del psiquismo humano. Gracias a sus valiosas aportaciones hoy ya no cabe mantener que el delincuente sea un loco o que la locura genere necesariamente criminalidad.
Dentro de la psicopatología merece especial atención el concepto de psicopatía, sobre el cual centraremos nuestro estudio.
Desde que en 1809 PINEL describió la “manie sans delire” (manía sin delirio) puede decirse que existe un concepto diagnóstico aplicable a aquellas personas cuya conducta entre frecuentemente en conflicto con la sociedad.
El término psicopatía fue introducido por primera vez en 1891 por KOCH con el objetivo de designar una nueva categoría psiquiátrica relacionada con los trastornos de personalidad en general.
Pero para la doctrina mayoritaria, fue KRAEPELIN quien en 1896 definiera la personalidad psicopática. Como señala GOPPINGER, a partir de entonces el problema de los psicópatas es el problema fundamental de la Criminología.
Este autor no es el único que mantiene esta postura puesto que GARRIDO GUZMAN señala igualmente que “entre los problemas más espinosos y difíciles con los que hoy se enfrentan los estudiosos de la Criminología, del Derecho Penal y Penitenciario, de la Psicología y la Psiquiatría se encuentran los planteados por las personalidades anormales o psicopáticas en su relación con la criminalidad. Pese al formidable avance que las ciencias antropológicas han experimentado en estos últimos años, las psicopatías continúan siendo uno de los capítulos menos logrado de la clínica psiquiátrica”.
Existen innumerables definiciones del término “psicopatía” y de la “personalidad psicopática”, destacando principalmente la de SCHNEIDER quien considera psicópatas “a aquellos hombres que sufren por su anormalidad, o por cuya anormalidad sufre la sociedad”. No obstante, esta “anormalidad” no nos debe inducir a error, puesto que, como señala VALLEJO-NAGERA en el lenguaje científico se tiende a aplicar “psicopatía” al enfermo psíquico y sabemos que por definición el psicópata no es el enfermo mental.
Por otra parte, la etiología incierta del síndrome psicopático ha determinado que el término personalidad psicopática, tal y como se viene utilizando por la psiquiatría no pueda ser diagnosticado objetivamente, sino que, por el contrario, a su diagnosis suele llegarse por vía de exclusión. Ello ha determinado que un amplio sector doctrinal haya negado el carácter científico al término psicópata afirmando que se trata de un concepto omnicomprensivo o más bien de un "“cajón de sastre".
Ante tal falta de precisión, la moderna Psiquiatría, especialmente la norteamericana, ha cargado el acento en el aspecto sociológico, poniendo con ello de manifiesto la importancia de los factores sociales y culturales que influyen en la conducta dirigida contra la norma, sustituyendo el término psicópata por el de sociópata.
Pese a la denominación, como subraya VALLEJO-NAGERA, los síntomas son los mismos: “comienza antes de los 15 años, con hurtos en casa, mentiras reiteradas, falsificación de las notas en la escuela, actos de vandalismo, vagabundeo, fugas de casa, contacto con el alcohol y las drogas, pendencias, expulsión de escuela, actividad sexual promiscua, precoz y violenta y cualquier forma de delincuencia infantil. En general, violación de las normas de conducta en el hogar y frente a la sociedad”.
Del mismo modo que los expulsan de la escuela y colegios ocurre después en los empleos, o los abandonan sin tener previsto otro. Uno de los rasgos típicos “es actuar por las apetencias en el momento presente sin tener en cuenta las consecuencias”.
El autor italiano DI TULLIO(1967) señala los tipos psicópatas que presentan un interés criminológico:
Los hipertímicos descompensados, exagerados y exuberantes de sentimientos con agitación excesiva e hiperactividad, de comportamiento inestable, poca reflexión y a menudo inmoralidad, todo ello unido a la carencia de profundidad de pensamiento, de lógica y de crítica, contienen tendencia a las estafas y a las peleas.
Los lábiles de humor, que representan bruscas variaciones endotímicas, con acciones repentinas e imprevistas: descontentos, agitados, impacientes y con reacciones brutales: fugas, deserción, vagabundeo, piromanía, cleptomanía.
Los histriónicos, de ambición desmesurada, que emplean todos los medios para llegar a su fin. Presentan varios tipos: los excéntricos, los fanfarrones, los mitómanos, y los fantasiosos. Especialmente estos dos últimos tipos tienen tendencia a cometer actos fraudulentos de toda especie.
Muy frecuentemente, a nivel clínico se ha denominado psicópatas a todos los individuos que muestran conducta antisocial. Se ha establecido la distinción de tres tipologías delictivas psicopáticas: la primaria, la secundaria y la subcultural.
La descripción clínica de la psicopatía primaria se debe principalmente a CLECKLEY en 1976. Este autor considera como características más importantes las siguientes: atractivo superficial y buena inteligencia; ausencia de delirios y otros signos de pensamiento irracional; ausencia de nerviosismo y de manifestaciones psiconeuróticas; informalidad; falsedad e insinceridad; incapacidad para experimentar vergüenza o remordimiento; conducta antisocial irracional; falta de juicio y dificultad para aprender de la experiencia; egocentrismo patológico e incapacidad para amar; pobreza en las principales relaciones afectivas; pérdida específica de intuición; poca respuesta a las relaciones interpersonales; conducta desagradable y exagerada, a veces con consumo de alcohol; amenazas de suicidio raramente consumadas; vida sexual impersonal, frívola y poco estable; dificultad para seguir cualquier plan de vida.
En el segundo grupo, los psicópatas secundarios, estaría formado por aquellos individuos que a pesar de presentar conductas antisociales lo hacen como consecuencia de algún trastorno emocional; su historia, respuesta a los tratamientos y pronóstico son totalmente distintos de los del psicópata primario. Son capaces de mostrar culpa y remordimiento, así como de establecer relaciones afectivas con los demás. A estos individuos también se les ha denominado psicópatas neuróticos.
El tercer grupo, los psicópatas subculturales estaría formado por aquellos individuos de características de personalidad “normales” que pertenecen a una subcultura delincuente y que son perfectamente capaces de mostrar lealtad, sentimientos de culpa y de establecer relaciones afectivas dentro de su subcultura; su conducta antisocial sería debida principalmente a variables de tipo ambiental.
Es necesario precisar que aunque es frecuente hallar individuos con las características del psicópata primario entre los delincuentes, puede hallarse también personalidades psicopáticas entre los no delincuentes.
En lo relativo al porcentaje de psicópatas, es desalentador el observar la falta de criterios unificados en lo concerniente al diagnóstico. Así, SUTHERLAND y CRESSEY notan que el diagnóstico de la personalidad psicopática no es ni uniforme ni objetivo; un individuo puede ser considerado psicópata por un psiquiatra y no serlo por otro, según las ideas preconcebidas de quien lo analiza. Ello es debido justamente a la falta de clarificación sobre el tema en su definición y clasificación, así, según se adopte una definición u otra o se considere válida una clasificación u otra, se entenderá que un individuo presenta o no una personalidad psicopática. Reina, pues, en esta cuestión una falta total de rigor científico.
SUTHERLAND relata que según los boletines de los centros penitenciarios de Nueva York y Massachusetts, aproximadamente un 10% de los criminales allí llevados son clasificados como personalidades psicopáticas entre los delincuentes internados. En la época entre los años 1919 y 1929, un 88.3% de todos los criminales que entraron en la cárcel de Illinois fue clasificado como psicópatas. De estas divergencias deduce Sutherland que estas diferencias se deben más bien a conceptos psiquiátricos distintos que a una diferentes estructura de la personalidad de los criminales. Por lo demás Sutherland cree observar que en los establecimientos penitenciarios, en los que son psiquiatras quienes diagnostican a los criminales, hay algo así como una tendencia general a hacer aumentar el porcentaje de aquellos reclusos considerados como psicópatas.
Para GOPPINGER, en muchos caos, la personalidad psicopática es simplemente deducida del delito cometido o del género de vida llevado. Para este autor, por consiguiente, habrá que mirar las publicaciones sobre porcentajes de personalidades psicopáticas entre los criminales con gran escepticismo.
Al respecto se aconseja acudir al interesante artículo de Garrido Guzmán “psicopatías, criminalidad y tratamiento penitenciario” (Cuadernos de Política Criminal nº 33-1987).
Como señala GARCÍA PABLOS, la experiencia parece demostrar que la mayor parte de los infractores de la Ley son - sorprendentemente - normales, desde el punto de vista psíquico: el problema, a menudo, consiste no en que determinados individuos se hallen mal compuestos e inadaptados, sino en que se encuentran bien dispuestos y adaptados pero a la vida y a los valores criminales.


FUENTE: http://html.rincondelvago.com/criminologia_3.html
FERNANDO ESTEBAN